PRIMER CAPÍTULO:
Mi nombre es Catalina pero en mi familia me llaman Caty, tengo el pelo negro con mechas rojas y ojos azules claro.Salgo de mi casa muy estrañada al ver el hermoso día que se abre ante mí. Hacía tiempo que no salía de mi casa no por que no me dejaran, sino simplemente por que mis padres no querían que la gente me viera. Después de tantos siglos es extraño andar por las calles y más extraño es aún ir a un instituto público, al principio mis padres querían llevarme a uno privado pero sería demasiado extraño ya que todos van a uno público y la gente podría empezar a sospechar.
Llego al fin a las puertas del instituto y miro hacia el enorme lugar donde a partir de ahora estudiaré como una chica normal y no como un bicho extraño llamado Vampiro. Sé que no sonará extraño pero eso es lo que soy y lo que seré, he oído muchas historias sobre nosotros y todas las que he leído me han hecho mucha gracia, que si somos bichos que nos gusta la oscuridad, que si tenemos dientes afilados, nos gusta vivir en mansiones pero lo que más gracia me ha hecho es que digan que nos debilitamos cuando el sol nos dá. Aún no puedo creer que la gente sea tán tonta de creerse todas estas cosas que no tienen siquiera sentido. Lo que aún me parece de idiotas es que digan que nosotros nos alimentamos de sangre, debo decir que es cierto que nos gusta la sangre, pero no nos alimentamos constantemente de ella.Entro al instituto con pasos decididos y saco mi horario del bolso negro que llevo.
-A ver...- Empiezo a leer mi horario.-Vaya con que me toca Historia.
Ando un poco perdida por los pasillos repletos de personas que me miran en vez de hipnotizados idiotizados.
En ese instante uno de ellos de un cabello castaño claro y ojos del mismo color se me acerca sonriendo.
-Hola preciosa, ¿Necesitas ayuda?
Le miro un poco asombrada por lo que me dice, nunca antes había tenido ninguna conversación con un humano y me resulta extraño.
-pu...pues... la verdad es que no encuentro el aula de Historia y ando un poco perdida.
El chico se me acerca demasiado para mi gusto y me mira a los ojos.
-Pues si quieres yo...
No pudo terminar la frase por que otro chico con cara seria se le acerca como molesto y le agarra de la camisa tirando de él fuertemente hasta hacerle caer.
-Deberías ser más educado y presentantes antes de mandarle indirectas Robin.
-Charlie...- Le mira el tal Robin al otro chico con cara asesina.
Me fijo en Charlie y noto que tiene el pelo de mi mismo color simplemente que con una trenza que le viene de atrás color azul y dos piercings en el labio inferior y en una ceja en la cual noto que está partida. Lo que más miedo da es su aspecto tan serio y su forma de parecer tan relajado en una situación tan intensa.
Charlie se acerca a mí y yo le miro a los ojos verdes Jades que me inspeccionan.
SEGUNDO CAPÍTULO:
El chico llamado Charlie se queda mirándome a los ojos, lo que me hace estremecer.
-Deberías tener cuidado con la gente de aquí, no son de fiar y a veces no son lo que parece.
-Sí…-Respondo con un hilo de voz apretando contra mí el bolso y la agenda.
Charlie pasa a mi lado sin siquiera dignarse a mirarme de nuevo y mete sus manos en los bolsillos. Antes de desaparecer de mi vista se vuelve y me mira con esos ojos tan felinos que tiene.
-El aula de Historia está en el segundo pasillo a la izquierda, sabrás cual es.- Entreabro los labios para agradecerle pero ya es demasiado tarde, porque no me salía la voz y él tras decírmelo se fue por el mismo pasillo que me había indicado.
Saco un pequeño reloj de bolsillo y veo que van a dar las y veinte, salgo corriendo por el segundo pasillo el cual noto que está ya casi desértico y miro hacia la izquierda cuando veo que hay un cartel en el cual pone “Historia”, toco la puerta con manos temblorosas y espero unos segundos hasta oír como el pomo gira.
-Vaya, vaya, vaya…-Miro hacia el frente y me encuentro con unos ojos negros que me miran de arriba hacia abajo con una mueca de desagrado.
-Siento llegar a estas horas…- Intento mantener la vista fija en el hombre alto y pelo color castaño oscuro.
-Bueno, supongo que como eres nueva te habrás perdido por tanto no pasa nada.-Sonríe, aunque no sinceramente.- Pasa, pero que sepas que esto no quiero que vuelva a suceder.
Asiento y entro con paso decidido al aula tan grande que se abre ante mí.
-En fin…-Murmuro con el corazón a cien, al ver tanta gente reunida en la misma sala. Lo que más miedo me ha dado ha sido sentir como si mi cuerpo me pidiera saborear a todos esos humanos ahí presentes, el olfato tan fino que tengo ha hecho como si todos mis sentidos despertaran para sentir lo mismo que ha sentido, ese olor tan dulce que me profana las fosas nasales y se extiende por todo mi ser. Cierro los ojos e intento tranquilizarme.
-Alumnos y alumnas, esta chica aquí presente está matriculada en este centro así que espero que os llevéis bien con ella, al menos en esta clase.- Oigo la voz del profesor y abro los ojos sintiendo la mirada de todos los presentes sobre mí.
Hasta que de pronto alguien llama mi atención, el chico que me había indicado el aula estaba sentado junto a una ventana mirando por ella sin siquiera hacer caso a lo que sucede en clase.
-Bien, señorita presentase a la clase.
-Bueno, mi nombre es Catalina Bilfraser, encantada de conoceros.- Nerviosa noto como la mirada felina de Charlie, se clava en mí al hablar.
-Bien señorita Bilfraser tome asiento donde la parezca bien y sigamos con la clase.
Con la mirada busco un asiento libre, pero la mala suerte se apodera hoy de mí porque hay dos asientos pero no sé cuál de ellos debería tomar, uno es al lado de Charlie y el otro es al lado del chico llamado Robin, que por si fuera poco tenía una mirada demasiado lujuriosa.
-Catalina…-Dice Robin pero otra voz la aplaco.
-Siéntate aquí a mi no me importa.- Para mi sorpresa es la voz de Charlie, en ese instante noto como Robin vuelve a mirar a Charlie de mala manera.
Intento hacer caso omiso a lo que ocurre pero es imposible, las chicas de la clase me miran con recelo, odio y algún que otro sentimiento que no puedo identificar.
Me siento junto a Charlie el cual pasa de Robin y sigue mirando hacia la ventana.
-Gracias…-Respondo un poco intimidada, esto de hablar con humanos es más difícil de lo que parece.
-No hay de qué…- Me responde Charlie con su seriedad y vuelve a mirarme con esa mirada felina.
TERCER CAPÍTULO:
TERCER CAPÍTULO:
En toda la hora que dura la clase de Historia Charlie no me dirige ni una sola mirada. En cambio Robin no deja de mirarme. Termina la clase y no he prestado atención alguna a lo que el profesor habla.
-En Fin…- Con la mirada en mi agenda ando buscando el vestidor para cambiarme, anda que tocarme Educación Física el primer día…
Llego a los vestidores de las chicas y abro la puerta lentamente mirando si hay alguien en el interior, para mi sorpresa no hay nadie en la estancia. Cierro la puerta y me siento sobre los bancos. Debo decir que esto de estudiar no me gusta nada.
-Hola.-Oigo abrir la puerta del vestidor y veo como una chica de pelo rubio y ojos miel me saluda con la mano.
-Hola.-Respondo intentando fingir una sonrisa que más bien parece una mueca.
La chica busca en su taquilla la ropa de Educación Física y se viste. Ahora que lo pienso, se me olvidó el pequeño detalle de intentar no correr a mi velocidad normal, porque si no me meterían en un laboratorio. Eso de vivir desde hace décadas no es muy bueno a la hora de recordar cómo se comportan los humanos.
Me cambio y me dirijo hacia la clase de Educación Física. En la cual no está el chico de pelo negro, no es que me interese que esté pero me parece un chico extraño, lo sé es irónico que yo diga esto siendo una vampira, pero ya no hay nada que no sea irónico en esta vida.
La clase transcurrió muy rápidamente, sobre todo porque el profesor estaba dándonos una charla de cómo será todo en su clase.
Me dirijo a los vestidores, me doy una ducha rápida por el sudor y me cambio. Cojo mi bolso y me dirijo hacia la puerta cuando de pronto siento como alguien me agarra, me gira y me estampa contra la puerta con rapidez.
-AAAAH!-Grito de dolor y de pronto veo la silueta de un chico.
-Hola….-Susurra la voz de un chico conocido.
CUARTO CAPÍTULO:
Nerviosa miro al chico que me observa con una sonrisa de medio lado… No espera, no es un chico aunque su aspecto lo parezca. Es una chica de pelo castaño corto hasta la nuca y ojos azules oscuros y mirada profunda… Lo que la delata son sus pechos ya que va con una camisa negra escotada.
-¿Quién eres? – Le pregunto deshaciéndome de ella.
-¿Eso importa?- La chica me vuelve a estampar contra la puerta pero esta vez con suavidad.
-A mí sí que me importa.- Siseo.
-Alice… Maculen.- Ante la sorpresa abro los ojos de par en par.- ¿Por qué te asombras tanto, acaso no esperabas verme otra vez?
-Alice… ¿Qué haces aquí?- La chica llamada Alice era mi ex novia, de esto hace décadas, mis padres nos separaron al pensar que era una deshonra salir con una persona de tu mismo sexo. La cosa es que ella pensó que yo me marché de Marbella con mis padres para no cortar con ella, eso explicaría el por qué de estrellarme contra la puerta. Encima de eso ella es una licántropa.
-He vuelto a por ti.- Acerca sus labios a los míos, sin saber que hacer me quedo quieta hasta que ella posa sus labios sobre mis labios.
Yo sin corresponder al beso dejo que ella me entreabra los labios, meta su lengua y la enrede con la mía. Alice se separa de mí y sonríe de medio lado enseñando sus dientes casi afilados, pero no tan afilados como los míos.
-Veo que aun me deseas.- Alice entona esto con picardía, a lo cual yo me quedo callada, esta desliza su mano bajo mi camisa y empieza a besar mi cuello lo cual hace que suelte un leve gemido.
En ese instante alguien irrumpe por la puerta trasera de los vestidores y Alice se queda sin moverse en la misma posición.
-He oído…- La voz de un chico me llama la atención y dirijo la mirada a ¡Robin!, el cual nos mira con los ojos desorbitados por la escena que acaba de interrumpir- ruido…
Alice se aparta de mí sonriendo y pasa al lado de Robin, el cual desorientado solo me mira. Me intento arreglar un poco la camisa manteniendo la mirada en Robin el cual se acerca a mí esta vez sonriendo levemente.
-Veo que tú no eres normal, me lo parecías al principio pero no le di importancia por tu apariencia.-Ríe sin subir de tono.- Así que lo de que las apariencias engañan son verdad, ¿Verdad pequeña practicante del voyerismo?
-No sabes nada de mí y no te convendría saberlo tampoco.- Sonrío cínicamente.
Robin se acerca hasta quedar a un paso de mí y se acerca a mi rostro sonriendo.
-Sabes… Tengo una noticia que contar a todo el instituto.-Se pasa la lengua por el labio inferior.- Pero… Podríamos un trato.- Con su dedo índice recorre mi cuello hasta sobre el pecho.- No importa que seas una lesbiana… Supongo que eso no trae ninguna norma de no hacerlo con chicos también.
Le miro aun riendo cínicamente, sin contestar y por puro instinto por intentar chantajearme me lanzo a su cuello hinco mis dientes en él y en menos de un segundo o dos le arranco la cabeza de cuajo.
Al darme cuenta de lo que he hecho me horrorizo abriendo los ojos de par en par y salgo a todo correr, lo que no me espero es que al salir del centro me encontrase con el mismo Robin que he matado hacía un segundo riendo amargamente bajo un árbol de cerezo.
Robin se acerca a mí y como un flash recuerdo lo que me había dicho esa misma mañana Charlie.
“Nada es lo que parece”
Robin se acerca a mi oído y yo aun en shock no consigo reaccionar.
-Esta noche vamos a tener una cita, bella, quiero verte en el aula de idiomas a las doce en punto pues ahí estaré… Sé que no te costará ya que sé perfectamente de lo que eres capaz, al menos me lo imagino.